Me llamo Chiara y crecí en una familia cristiana que desde niña me han enseñado acerca de a la fe. Cuando tenía 5 años mi madre empezó a frecuentar una comunidad de el Renovamiento del Espíritu y así también mi hermana y yo empezamos esto recurrido de la fe que nos acompañó en el crecimiento y me enseñó a rezar y a invocar de forma simple a Jesús como a un amigo a quien contarle todas mis dificultades y mis dudas, pero sobre todo me enseñó a compartir la fe con los hermanos que caminaban junto a mí. A la edad de 18 anos en un peregrinaje encontré a Enrico y pocos meses después nos comprometimos. En el noviazgo que duró casi 6 años el Señor ha metido duramente a prueba mi fe y los valores en que decía de creer. Después de 4 años nuestro noviazgo empezó a tambalear hasta que terminamos. En estos momentos de sufrimiento y de rebeldía hacia el Señor, porqué creía que no escuchara mis oraciónes tome parte a un Curso Vocacional en Asís y allá rencontré la fuerza de creer en El, intenté nuevamente frecuentar a Enrico y empezamos hacernos seguir por un Padre Espiritual, pero el noviazgo no funcionó hasta que entendí que el Señor no me estaba privando de nada sino que al contrario me estaba donando todo y solo El sabía con quién yo tenía que compartir mi vida y que supuestamente no había aun entendido nada! Finalmente libre de las expectativas que me había creado podía ver con ojos nuevos lo que Dios quería para mí. Poco después contra cada nuestra expectativa, superados nuestros miedos decidimos de casarnos.
En el matrimonio el Señor quiso donarnos unos hijos especiales: María Grazia Letizia y Davide Giovanni pero nos pidió de acompañarlos solo hasta el nacimiento y nos permitió de abrazarlos, bautizarlos y entregarlos en las manos del Padre en una serenidad y alegría. Ahora nos ha confiado este tercer hijo, Francisco que está bien y nacerá dentro de poco tiempo, pero nos pidió también de seguir confiando en El a pesar de un tumor que he descubierto pocas semanas atrás y que intenta ponernos miedo en el futuro pero nosotros seguimos creyendo que Dios nos conserve grandes cosas para nosotros.
Chiara Corbella Petrillo, “El laboratorio de Fe”, Enero de 2011.
carta a Francesco
Pian della Carlotta 30.05.12
Queridísimo Francy, hoy cumples un año y nos preguntábamos que regalo te podíamos hacer que te durase años. Y hemos decidido escribirte una carta. Has sido un gran regalo en nuestra vida, porque nos has ayudado a mirar por encima de nuestros límites humanos. Cuando los médicos nos atemorizaban, tu vida tan frágil nos daba la fuerza para seguir adelante. Por lo poco que he entendido en estos años solo puedo decirte que el Amor está en el centro de nuestra vida, porque nacemos de un acto de amor; vivimos para amar y ser amados, y morimos para conocer el verdadero amor de Dios. El objetivo de nuestra vida es amar y estar siempre dispuestos a aprender a amar a Dios y a los demás como solo Dios puede enseñarnos. El amor te desgasta, pero es bonito morir gastados como una vela que se apaga cuando ha cumplido su misión. Cualquier cosa que hagas sólo tendrá sentido si la miras cara a la eternidad. Si estás amando de verdad, lo reconocerás en el hecho de que nada te pertenece porque todo es un don. Como dice San Francisco: ¡lo contrario del amor es la posesión!” Nosotros hemos amado a tus hermanos Maria y Davide y te hemos amado a ti sabiendo que no eras nuestro, que no eras para nosotros. Y así debe ser todo en la vida: lo que tienes no te pertenece nunca, porque es un regalo que Dios te hace para que tú puedas hacerlo fructificar. No te desanimes nunca, hijo mío, Dios nunca te quita nada, si toma algo, es solo porque quiere darte más. Gracias a Maria y a Davide nosotros nos hemos enamorado más de la vida eterna y hemos dejado de tener miedo a la muerte, porque Dios nos lo ha quitado, pero para darnos un corazón más grande y abierto que pueda recibir la eternidad ya en esta vida. En Asís me enamoré de la alegría de los hermanos y hermanas que viven creyendo en la Providencia, y entonces pedí al Señor la Gracia de creer en esta Providencia de que me hablaban, de creer en este Padre que hace que nunca te falte nada y el padre Vito nos ha ayudado a caminar creyendo en esta promesa: nos casamos sin nada, poniendo a Dios en primer lugar y creyendo en el amor que nos pedía este gran paso. Nunca nos hemos visto decepcionados, ¡siempre hemos tenido una casa y más de lo que necesitábamos! Tú te llamas Francesco precisamente porque San Francisco nos ha cambiado la vida y esperamos que pueda ser un ejemplo también para ti… es bonito tener ejemplos de vida que te recuerden que se puede alcazar el máximo de la felicidad ya en esta tierra, con Dios como guía. Sabemos que eres especial y tienes una gran misión. El Señor te ha querido desde siempre y te mostrará el camino a seguir si le abres tu corazón… ¡Fíate, vale la pena!
Mamá Chiara y Papá Enrico
carta a Davide
¿Quién es Davide?
Un niño que ha recibido de Dios una gran misión… la de vencer a los Goliats que hay dentro de nosotros; vencer nuestro poder de decidir por él y por encima de él, que ha demostrado que era así porque Dios lo necesitaba así; ha derrotado nuestro “derecho” de desear un hijo que fuera para nosotros, porque era solo para Dios; ha vencido el deseo de los que querían que fuera el hijo del consuelo, el que nos habría hecho olvidar el dolor de Maria Grazia Letizia; ha vencido la fe en la estadística de los que decían que teníamos las mismas posibilidades que otros de tener un hijo sano; ha desenmascarado la fe mágica de quien cree conocer a Dios y le pide que sea un repartidor de caramelos; ha demostrado que Dios hace milagros pero no con nuestra lógica limitada, porque Dios es algo más que nuestros deseos (ha derrotado la idea de los que no buscan en Dios la salvación del alma, sino solo la del cuerpo; todos los que piden a Dios una vida feliz y fácil, que no se parece a la de Jesús). Siendo así de pequeño, Davide se ha lanzado con fuerza contra nuestros ídolos y ha gritado a la cara de quien no quería ver; ha obligado a muchos a correr a los refugios para no ser derrotados. Yo, en cambio, le doy gracias a Dios por haber sido derrotada por el pequeño Davide, porque el Goliat que había dentro de mí finalmente ha muerto gracias a Davide; ninguno ha conseguido convencerme de que lo que estaba ocurriendo era una desgracia, derivada del hecho que nos habíamos alejado a Dios, quizá inconscientemente. Doy gracias a Dios porque finalmente ha muerto mi Goliat y mis ojos son libres de mirar y seguir a Dios sin miedo de ser la que soy.
Chiara, 12 de Marzo de 2010